Wednesday, January 30, 2008

Abandonando Mendoza


El día anterior a abandonar Mendoza, y con la agenda tan apretada, pensaba visitar las termas de Cacheuta. Me habían dicho que para entrar había que pagar un precio que de verdad daba risa, para el precio que se acostumbraba a pagar aquí, en Chile. Sin embargo ese día amaneció con una lluvia que hizo naufragar mis ganas y rápidamente llamé al terminal desde donde salían los buses. Mi teléfono, tenía habilitado el roaming internacional, así que me vino de perillas, me sacó de muchos apuros. Tuve que vestirme raudo y volar al terminal. Ahí me encontré con una fila inmensa. Todos querían o cambiar o anular los pasajes. Mi decisión fue cambiar para el día siguiente el viaje y visitar el zoo en el parque San Martín ese día.
La fila no avanzaba y llegaba la hora en que expiraban los pasajes. Me acerque a un tipo en la ventanilla y le pregunté, sin embargo me pidió que hiciera toda la fila. Al exponerle el asunto del tiempo y mi llamada telefónica temprano y decirle que la fila no avanzaba, me pidió que si no iba a comprar pasajes que me volviera a la otra fila donde se hacían las devoluciones. La fila avanzaba muy lento y fue inútil explicárselo. Volví a la fila. apareció entonces un hombre que tenia pinta de encargado. Me acerque a él, visiblemente molesto y le expuse mi problema, él no parecía escucharme así que alcé la voz diciéndole que como era posible que nos tuvieran haciendo esta fila eterna si los pasajes no tenían devolución una vez pasada la hora de partida del bus, lo cual era ya en 5 minutos. Se detuvo, las personas en la fila miraban. Me pidió los pasajes y mientras los revisaba le dije que había hablado con el tipo de la venta.. "perdón?" me interrumpió.. "con quién??" volvió a preguntar. "con el tipo de la ventanilla" le contesto y me mira con rostro frío diciéndome que "aquí no hay ningún tipo" , le contesto entonces que con ese tipo, apuntándole al "tipo" y me reitera mas enfático "aquí no hay ningún tipo", señalo nuevamente y exaltado le digo "a ese caballero!", luego el cambia la cara, como esa cara del maestro que ve que el alumno ha entendido la lección y dice "ahhh!.. caballero si, por que aquí no hay 'tipos' ". Vano fué intentar explicarle que coloquialmente yo usaba el término y blah blah...
Se acerca a la ventanilla y luego de un breve diálogo me informa que el pasaje será cambiado efectivamente para el día de mañana y que haga la fila y espere mi turno.
Al día siguiente había ya borrado esa escena de mi cabeza y solo me dispuse a disfrutar muy temprano de mi viaje a las termas y luego de sus bondades.
El viaje habrá durado menos de una hora y fue lo mejor de mi estadía en tierras mendocinas.
Varias piscinas con diferentes temperaturas en la zona de montaña de Mendoza. La brisa fresca de los días lluviosos contrastaba con la sensación térmica del agua y aún cuando estaba nublado el sol aparecía a ratos como espiando que todo estuviera bien.
Maravilloso me pareció cuando comenzó a llover fuerte sobre las cabezas y estando sumergido en las tibias aguas parecía como si estuviera experimentado los extremos más agradables de una misma sensación. Expansión de la conciencia concreta.
Cambié de piscina innumerables veces, nadé en el río artificial, me deje masajear por las aguas que caían desde una cascada artificial, me lancé como niño en el tobogán que desembocaba varios metros más abajo, me divertí, me relajé.
Creo que volvería, creo que fue el mejor panorama entre toda la visita a Mendoza.
De noche, apurado al llegar al filo de la hora de salida de los buses, saqué pasajes a Córdoba. Los precios cambiaron como por arte de magia desde la mañana en que pregunté hasta el momento en que lo tomé. casi 10 pesos argentinos más. La ley de la oferta y la demanda será? de todas formas me ahorre una noche de estadía durmiendo en el bus hasta mi nuevo destino. Antes de subir al bus, hago una visita, como buen niño, a los baños donde descubro muchísimos mensajes alusivos a la rivalidad con los chilenos. Me sorprende que aún persista tanta estupidez de una y otra parte. saque algunas fotos para el recuerdo. Subo al bus y me vence el sueño rápidamente. Me despertó una tormenta eléctrica en medio del camino y me dedique a capturar algún que otro relámpago.
El camino es largo, plano y pareciera que jamás termina. Hasta que Córdoba aparece como de repente, con los brazos abiertos.

Saturday, January 26, 2008

Crónica Mendoza II

Ya estaba perdiendo las esperanzas de encontrar algo interesante en Mendoza cuando por ahí me entero de la existencia del Parque San Martín (todo es San Martín). Lo que primero me cuentan es que es casi tan grande como la ciudad (exageración por lo demás) y que la única manera de recorrerlo es en auto pues a pié te perderías todas sus atracciones. La verdad es que es grande y que hay varios sitios de interés, pero de diverso interés. Evidentemente se necesita más tiempo si uno quiere hacer un análisis minucioso de los estilos arquitectónicos, de los sucesos históricos de la zona y cosas por el estilo, no obstante yo no estoy interesado en hacerlo y solo quiero ver, sentir, respirar otro lugar. Los portones del parque es la entrada más bella al lugar, prados de gran extensión y mucha vegetación muy florida, muchos árboles y una ornamentación muy barroca en los portones en sí. A pié unos 300 metros hasta el paradero del "colectivo" (micro) donde pago 1,10 pesos argentinos (170 pesos chilenos mas menos). La bajada es en el Zoológico y al entrar pensé que era un lugar pequeño, pero al internarme en los sinuosos caminos que guían al visitante, pude darme cuenta de su extensión. Los animales tienen enormes espacios donde vivir y pareciera que en cualquier momento se escapan. No hay muchos guarda parques empero los visitantes se muestran respetuosos (excepciones las hay) y no molestan a los animales ni les tiran alimento. Me llamó la atención en las reseñas de los animales sudamericanos la inexistencia de estos en Chile, como si los mismos pumas, cóndores y otras especies no existieran si no en argentina solamente y de ahí se extendieran al resto de latinoamérica. Curioso.
Del zoo al cerro contiguo, cerro Gloria, donde se halla un enorme monumento dedicado al Ejército Libertador, con San Martín a la cabeza. En la escultura, se ve al lado de un gallardo y bravo San Martín un soldado, de menor estatura, de pelo rizado, corto, con grandes patillas, que me recuerda mucho a un personaje de nuestra historia, sin embargo no aparece nombrado en las reseñas de la estatua. Curioso.
La vista desde el cerro no es la mejor. Desde el mirador no se ve la ciudad, solo es posible ver cerros y más cerros y algunas poblaciones periféricas. En la cúspide se muestra un letrero que indica que la altura sobre el nivel del mar es de 998 metros (algo así), evidentemente no es la altura del cerro que debe ser un poco mas bajo que el Santa Lucía.
Bajando el cerro, cerca de las escaleras que dan la entrada al monumento, se distinguen muchísimas placas conmemorativas y de homenaje a San Martín y al Ejército Libertador. Un pequeño niño le pregunta a su padre que dice la placa que tiene en frente, el padre sonríe y le comenta que es un homenaje a san Martin y al Ejército Libertador en el nosecuanto aniversario de su gesta de parte de la asociación de cirujanos plásticos de Argentina. Yo solo me sonrío mientras sigo bajando las escaleras.

Friday, January 25, 2008

Crónica Mendoza I

La partida desde Santiago fué como siempre incómoda. Un terminal lleno de gente y como todas las veces muy desordenada y prepotente. Caos. La llegada del bus de CATA, la empresa de transportes, me hizo sentir mejor. Un bus de dos pisos, impecable y una atención excelente me hizo olvidar las molestias anteriores aun cuando dormir en buses siempre ha sido incómodo para mi y mi cuello aún me lo recuerda.
En la frontera de Chile con Argentina el trámite fué "rápido", Solo estuve 2 horas esperando que los agentes de ambos paises terminaran de revisar los documentos y luego pusieran los bolsos en la máquina de rayos X para detectar posibles sustancias u objetos ilegales. Vuelta al sueño por capítulos.
El terminal de Mendoza esta convenientemente cerca de la carretera. La ciudad no es muy grande y rápidamente es posible ubicarse. Al principio me desilusionó tanta basura en la calle y los olores que emanan de las canaletas abiertas de las calles que rodean al microcentro, un aire a ciudad dormida en el tiempo me invade sin embargo no me sentía acogido en esas calles con gusto a provincia. Rodeo el hospital y las calles aledañas visitando hostales y residenciales, buscando el mejor precio y limpieza. Me quedo con el dato recibido de una chica en el terminal, donde fuí asaltado por varias personas que ofrecían siempre "lo mejor".
Acercandome al centro el panorama cambia y deja paso a la ciudad turística. El paseo peatonal Sarmiento desemboca en una hermosa plaza de la Independencia, la principal rodeada por cuatro plazas equidistantes una de las cuales se llama Chile. El culto a sus héroes es sobrecogedor, todas las calles recuerdan al ejercito libertador y sobretodo a San Martín.
En una tarde recorro las calles principales y me entero de las particularidades culinarias de la ciudad. Cuando pregunto por una pizza con ingredientes como carne o choricillos, me miran con cara de herejía añadiendo luego que "así no se prepara la pizza", me quieren mandar de vuelta al manicomio. Ciertos sabores terminan por hacerme abandoran una "tabla" y si bien el precio es muy conveniente para nosotros, da angustia tener que perder la comida que uno ha pedido por desconocer el tipo de cosas que gustan por estos lares.
Me toca también hacer reclamos diversos en mi estadía. El lugar donde me alojo es una casa que tiene una pieza que se usa para efectos de alquiler, sin embargo no es una residencial, me entero luego de haber hecho el trato. Estoy en una casa, donde la vida familiar contrasta con mis afanes de turista. Incómodo, así me siento en medio de la cotidiana vida de estas personas, sobretodo de la chica que es la "encargada" del "negocio". Cando le pago, solo tengo dólares y me saca la cuenta, le pago, pero al cambiar en el centro me doy cuanta que me ha cobrado 5 dólares más, al cambio actual del precio fijado en pesos argentinos. Llégo al fin del dia, luego de los habituales paseos turísticos, a pedirle que me de el vuelto. no le gustó mucho eso y su cara de nada se le sumó ahora la frialdad del hielo. Me siento aliviado cuando abandono ese lugar el tercer día, fue una buena lección para mi bitácora de viajero.
Cerca de la 1 de la madrugada, despues de tomar algo en un pub de Sarmiento, camino por Av. san Martin busando un taxi, camino algunas cuadras para pagar menos, siempre ahorrando. Mis ganas de ahorrar se terminan cuando comienza a llover, primero timidamente, luego a cántaros. El taxista, detiene el vehículo y le digo mi destino. Él avanza varias cuadras y con cierta molestia le digo que se ha pasado, sigue adelante preguntandome si es más adelante, le reprocho que en una ciudad tan pequeña no cabe la posibilidad de que no sepa de que estoy hablando. Da la vuelta y sigue mirando y con cara de perdido. Le pido que le pregunte al "remis" (taxi) que esta al lado. El taxista le da algunas indicaciones, luego en el semáforo siguiente termina de darle la información y le indica que "Uruguay es la continuación de San Luis". Fue tan poco placentero darse cuenta que tomé el taxi a una cuadra de la calle antes mencionada y mi rostro hablaba por mi. Al llegar el taxista me da el total y me niego a pagarle lo que me dice, le doy un billete de cinco pesos, la mitad de lo que el taximetro decía y 80 centavos más de lo que regularmente sale un taxi desde el lugar que me hospedaba al centro. El no tiene ganas de discutir y recibe el dinero, yo cierro la puerta molesto.
El siguiente día sería bastante más reconfortante...

Saturday, January 05, 2008

La muerte delante de los ojos.

Su cabeza esta en un mundo donde jamás pensó estar. Se concentra para conectarse con las siglas y los números del movimiento bursátil chileno e internacional, su mente se enfoca y comienza a jugar el juego que duramente ha aprendido a jugar, no hay lugar a errores.
De pronto un sonido la saca, la rapta hasta el momento , hasta el segundo que corre al lado suyo mirándola de frente. Como si todo hiciera silencio para dejar que ella vuelva a la otra vida, al otro espejo desde donde ha venido y pudiera recordar como era aquello de escuchar la vida trepándose por la piel. Es un joven, un joven que silba. La melodía no es rechazada pues es una esperanza entre las fórmulas que manejan los destinos de la economía, es un instrumento que media un encuentro, quizás remoto, quizás efímero, pero que devuelve los oídos a la vida y los ojos al movimiento.
Y el instante pareciera someterse a otras leyes del tiempo, porque cuantas cosas no caben en ese segundo cuando nos conectamos con la realidad de nuestra existencia, cuando nos compenetramos con nuestro entorno y nos hacemos uno con todos y cada uno y terminamos abrazando el universo y amando la sola posibilidad de hacerlo.
Todo pasa en segundos.
Todo.
Hasta el presagio que trae un chillido de neumáticos y el estridente sonido de los metales rozando la calzada. A tan solo un metro, el silbido se interrumpe, robado del espacio que ocupaba, por esa mole de fierros sin control, a tan solo un metro, la cara despreocupada de un joven se transfigura en dolor y aparece la sombra y el silencio que acompaña luego todo el hecho.
De contrastes esta hecha la vida, de inmensos contrastes que arrebatan el aliento y nos cuestionan en silencio.

(Para Nathalie)

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