Thursday, August 09, 2012

Quien va encapuchado?


Yo me pregunto, cuando veo en las noticias o leo en los tabloides o en las redes sociales esto de la violencia desatada en cada marcha o manifestación que intenta poner en el tapete los temas de máxima relevancia para la conformación de un estado ciudadano pleno, el por qué esta parafernalia, este caceroleo mediático instalado desde la vocería de gobierno, esta ragadura de vestiduras tan escandalosa y desmedida.
No soy un experto sociólogo ni un economista pero creo que a estas alturas pocos ignoran que el modelo necesita de la desigualdad para subsistir, necesita que haya pobres para sostener la riqueza de aquellos que para ocutar sus reales miserias se han encubierto el rostro y se han denominado MERCADO.
Estas profundas desigualdades sumado al bombardeo de expectativas y aspiraciones que debemos tener, en cada medio "in-formativo" (conductismo puro) y constructos tales como el estatus o clase social, generan una tremenda frustración cuando no se alcanza a obtener lo que es "deseable". Le pasa a un gran porcentaje de la población, a esa "inmensa mayoria" como repite cual loro el primer mandatario.
Me detengo aqui para hacer un alto en la delincuencia. La delincuencia presupone un estado natural de las cosas por cuanto se considera una anomalía en el contexto de un orden establecido. El "orden natural" de la sociedad nos dicen que no incluye a los delincuentes, son "antisociales". Yo creo que son parte del sistema, no una anomalía si no un elemento que está hasta calculado dentro de la ecuación y la respuesta sintomática es la policía y los centros de detención de estas "anomalías". La delincuancia es una enfermedad de nuestros modelos de vida basados en la economía. El tema da para más.
La respuesta policiaca, que resguarda el orden público, este orden aceptado y asimilado por nosotros,  tiene por obligación actuar en cuanto se manifiesten conductas que están en contra del mismo. Esto que parece de perogrullo es la base de mi reflexión.
No hay un actuar concordante con la misión encomendada a las fuerzas policiales en cada una de las marchas ciudadanas.
Ante el brote de grupos violentistas o delincuentes no hay por parte de la fuerza policial una acción que tengan como resultado la captura de los "encapuchados" aun cuando su número no exceda ni el 10% del total de efectivos enviados para "controlar" dicha manifestación.
Podemos estar de acuerdo que no nos gusta la violencia y que nos parece atroz la destrucción de propiedad pública y privada y los daños a personas ajenas a la marcha en si, pero creo que da para pensar que estas situaciones se den con el casi beneplácito de las autoridades competentes.
La teoria de los infiltrados me parece muy atendible pero también me parece que este dejar hacer por parte de carabineros es complemento muy conveniente.
Detrás de los encapuchados, sean estos infiltrados o simple lumpen o jovenes que creen que la violencia es la respuesta, estan los encapuchados grandes, los que esconden la intención de deslegitimar toda manifestación ciudadana.
Sembraron desigualdad y se encapucharon como el mercado, sembraron marginalidad y se encapucharon como la democracia, sembraron terror y se encapucharon como la delincuencia y ante el miedo creciente de la pasiva ciudadanía nos muestran una "solución" que solo busca controlar los espacios de expresión ciudadana.
Con cara de santo salen al podio a reprochar estos "lamentables hechos de violencia" ... saquense el pasamontañas, ya sabemos quienes son ustedes.

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