Bola ancha.
Sábado en la tarde, día de carrete.
Amigas que llegan desde Valparaíso y una de ellas tiene entradas para ir a ver a Gonzales en la copa a beneficio de los niños del hogar de cristo.
Atento al sorteo final no estoy muy atento a que Fernando Gonzales está regalando pelotas de tenis. Mientras las lanza al público golpeándolas con la raqueta, estoy atento al sorteo que se lleva a cabo en esos instantes con los números de las entradas. Los premios son mejores que las pelotas que lanza.
Hasta que una pelota me golpea la rodilla, fue a parar ahí luego de rebote tras rebote en la tribuna y las chicas me gritan "La Pelota!!!"
Tarde reaccioné y la pelota se me escabulló de las manos. La perseguí lo más que pude y casi como si la pelota tuviese voluntad propia se metió debajo de unos asientos y llego hasta muy abajo donde mis brazos ya no alcanzaban quedándose con otra persona de las tribunas. Reproches tras reproches nos fuimos de ahí.
Una simple pelota lanzada por el tenista número 7 del mundo. Quizás el único premio que podría haber tenido pero por estar atento a otra cosa, me lo perdí.
Pareciera en este punto que hubiese una moraleja.. pero la verdad es que no se si la hay.
Noooooo! .. Dos más.
Amigas que llegan desde Valparaíso y una de ellas tiene entradas para ir a ver a Gonzales en la copa a beneficio de los niños del hogar de cristo.
Atento al sorteo final no estoy muy atento a que Fernando Gonzales está regalando pelotas de tenis. Mientras las lanza al público golpeándolas con la raqueta, estoy atento al sorteo que se lleva a cabo en esos instantes con los números de las entradas. Los premios son mejores que las pelotas que lanza.
Hasta que una pelota me golpea la rodilla, fue a parar ahí luego de rebote tras rebote en la tribuna y las chicas me gritan "La Pelota!!!"
Tarde reaccioné y la pelota se me escabulló de las manos. La perseguí lo más que pude y casi como si la pelota tuviese voluntad propia se metió debajo de unos asientos y llego hasta muy abajo donde mis brazos ya no alcanzaban quedándose con otra persona de las tribunas. Reproches tras reproches nos fuimos de ahí.
Una simple pelota lanzada por el tenista número 7 del mundo. Quizás el único premio que podría haber tenido pero por estar atento a otra cosa, me lo perdí.
Pareciera en este punto que hubiese una moraleja.. pero la verdad es que no se si la hay.
Noooooo! .. Dos más.