Wednesday, November 09, 2011

Carta para Darío


Darío:
            Si fuese capitán y me pidieran elegir la tripulación de mi barco sin duda alguna diría tu nombre. Con el tiempo uno puede llegar a conocer a las personas y si ha invertido mucho tiempo puede llegar a confiar en ellas pero tu eres de esas singularidades, de esas rarezas de la vida, de esos seres que son escasos y por tanto valiosos, que generosamente abren sus manos para entregar lo mejor de si mismos y no esperan mas recompensa que la satisfacción de haber hecho lo que se debía en el momento propicio. Supe muy pronto de tus riquezas y agradecí tu maravillosa apertura y disposición.
Sin tu apoyo estoy seguro que muchas de las cosas que quisimos hacer en el Altamira hubiesen resultado muy difíciles de lograr, y mucho de lo que necesitábamos sostener se hubiese desmoronado. Tu constancia y esfuerzo nos alimenta, es nuestro motivo para seguir educando. Sin duda he aprendido de ti, compañero y digo compañero y no alumno pues alumno significa “sin luz” y tu eres un ser bello y luminoso que dignifica nuestra tarea y nos hace creer en posibles futuros. He aprendido de ti que una sonrisa contagia y que nos hace ver la vida de otro modo, he aprendido de ti que la humildad es una forma de alcanzar más altas esferas y que los brazos abiertos son la mejor respuesta para resolver los conflictos.
Sin duda voy a extrañarte. Será tan distinto todo cuando no se escuche tu risa en los pasillos, cuando ya no estés iluminando la vida de los demás y en los patios no te veamos más caminar tranquilo y relajado, porque la belleza de la vida esta en uno, en saber mirar y disfrutar de las sencillas cosas que la hacen hermosa.
Y al final todo tiene su tiempo y el tiempo de despedirse ha llegado.  Tu propia nave tiene las velas desplegadas y te preparas para zarpar a destinos que irán revelándose a medida que queden atrás estas costas. Agradezco haber tenido el honor de conocerte y compartir este pedacito de viaje, Jamás olvides lo que eres, ama intensamente, se inmensamente feliz. El viento esta soplando. Es hora de elevar anclas.
Darío querido, muy feliz viaje.

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