Monday, December 11, 2006

Sabor agridulce

No puedo decir que me alegrara la muerte del Criminal. No puedo decir que me alegre que se vaya sin juicio real, sin condena efectiva, sin muestras de arrepentimiento y de honor.
No solo deshonra a la institución castrense que tantas loas le profesó, si no también a todo el pais al haber roto su juramento y haber consumado una de las más sangrientas dictaduras de America Latina.
Es por eso que me da vergüenza ver a sus partidarios tratarlo como el salvador de la patria tanto como me da verguenza que algunos imbéciles crean que haya algo que festejar.
En cada noticiero internacional se habla de la muerte del dictador, del criminal, del asesino y nosotros estamos enfrascados en discusiones absurdas acerca de la legitimidad de los honores que se le deben rendir. ¡Por favor!
Un vil ladrón de nuestro patrimonio, un vendedor de país, un monigote de los poderes monetarios, un psicópata, un pobre espíritu refugiado en un ego inflado no merece recibir honores y debe quedar sepultado en el silencio y no ser jamás nombrado.
Se va y solo me queda ocultar el rostro, para que no vean mi dolor. Aun vivimos con miedo.

1 Comments:

Blogger Alkkáno said...

La verdad sus partidarios, no me dan pena, el canalla incluso a ellos les robo y no se quieren enterar...
O quiza lo vean como un pago justo por lo que recibieron; un país en el que podían saciar sus odios libremente.

En cualquier caso posible lo que la histeria me produce no es verguenza...

Sólo el deseo de dejar todo eso atras.

Sunday, December 17, 2006 4:31:00 PM  

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