Justo a tiempo.

Cuando ya comenzaba a pintar de las canas que no quedan bien.
Cuando se comenzaba a desangrar Pan.
Cuando las tristes tardes daban lo mismo.
Cuando un columpio no era lo único que deseaba.
Cuando me pareció ver un agujero en el Sol.
Cuando estaba pareciendo un Imbécil y no un Orate.

Me zamarrearon suavemente desde un rincón indefinido, con voz bien definida.

Que dulce fué escuchar interiormente lo que leia.

Volveré a buscar caracoles cósmicos y conversar con un cangrejo sobre la inmortalidad.

Con vuestro permiso... no hay mas pastillas hoy.