Cuestion de opciones...

Nadie me obligó, en verdad.
Tomé el camino y lo seguí y nadie me dice que debo seguir haciéndolo, esta claro. Quizás tenga que ver con esta maldita costumbre de no perder, y no es que no haya perdido en mi vida, no es que no haya sentido el sabor agrio de la derrota en más de una ocasión, es simplemente que mi ego es fuerte en ese tema. Lo quiero todo.
Quiero estar así sentado cómodamente y a la vez estar en medio de la batalla. Pierdo de vista el camino, el proceso que es tan importante como los momentos decisivos.
Toda la utopía de mis sueños, de esos sueños, chocan contra un muro y no exactamente contra el muro de una realidad impuesta por otros o la tan manoseada "realidad". El muro lo he puesto yo mismo ante mis ojos y me doy de cabezazos contra él buscando abrir una brecha. Insisto que es posible pero esta hecho demasiado fuerte al parecer, tan fuerte que incluso ha logrado dejar afuera a quienes amo.
Alguna vez ella me dijo "eres un egoísta". Dolió como podría doler una espina entre el dedo y la uña. Demasiado verdadero como para dejarlo pasar, irrebatible desde su origen, pues el origen era yo.
Trampa.
Hecha a medida.
Mi propia trampa.