Bloggear o no Bloggear.... Parte I

La expectativas son lo que más me jode a la hora de ir a algún lugar. Ir sin ellas es ir sin calzoncillos, Me colgaría todo y tarde o temprano me incomodaría. Enfrento entonces la verdad de mi cuerpo y me sumo a la ansiedad. Se que habrá una amiga que me rescate si eventualmente tuviesemos que escapar, pero ¿por qué me lleno de tanta pregunta? ¿Qué hay detrás del bloggero?

Voy a ver la fauna, como un naturalista, como un canal del cable. Mientras no me pegue ningún bicho raro todo bien.

El metro para en Baquedano y me bajo, subo el laberinto de escaleras y hago el transbordo. Es corto el túnel hasta Metro U.C.

Obvio mis típicos encuentros con gente (dos personas de las cuales no pensaba tener noticias)

Me bajo del carro Justo frente de la escalera. Calculé bien donde quedaba la salida, siempre trato de hacerlo, es una vieja costumbre que paso a ser ritual.
Quizás es solo para no pensar en el corazón que late distinto de otras veces, como signo inequívoco de que estoy algo nervioso. Acentúa esta sensación el hecho de que no tengo idea de como llegar. salvo dos señas no tengo datos que me acerquen así que me dejo llevar por el cuerpo. Me pierdo.
Pregunto a alguien que parece versado en cafés y bares y no equivoco el juicio, me da dos indicaciones y ya me encuentro fuera del lugar.
"Café Escondido" reza el luminoso aviso y me siento acompañado del tan conocido, tan intimo nerviosismo que tantas veces siento al enfrentarme a un nuevo grupo de personas.

De pie frente al lugar dejo de escribir.